Palabras rotas coronan,
tu maldita piel en tu cuerpo.
Intrépidamente transmiten,
cada detalle de tu ser oscuro y negro.
Gran esfuerzo haces,
en enmendar cada detalle.
Todo te trabaja,
maldita la suerte tuya.
Tus garras,
filosas y trepadoras.
Al par de tu cuerpo,
frágil e fuerte.
Te detienes a cada instante,
disfrutando a cada paso,
el desentierro,
de todos tus victimas.
Cantos venenosas,
a cada nota transmitiendo melodías imbéciles.
Oídos escrúpulos,
efectos delirantes.
Fuerzas efectivas la tuya,
tu laberinto estatal.
Duna imprevista,
en las playas de la vida.
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